El albaricoque es una fruta muy apetecible en verano. Su
agradable aroma y su sabroso dulzor hacen de ella un tentempié perfecto bajo en
calorías.
Los mejores albaricoques, los más dulces y jugosos se pueden
comprar entre los meses de mayo y septiembre. La tonalidad rosada que tiene
esta fruta indica el exceso de dulzor en el sabor.
Es una fruta muy delicada. Un pequeño golpe o presión fuerte
de los dedos la perjudica y la estropea rápidamente. Cuando elegimos las piezas
podemos presionar el fruto suavemente con los dedos y se debe apreciar una
consistencia blanda. En ese momento es cuando el fruto está en su punto para
comer.
Esta fruta de verano es muy rica en potasio y ayuda al
cuerpo a deshacerse del exceso de agua y sal. Al ser una fruta diurética es muy
recomendada para tratamientos dietéticos, para el tratamiento de la
hipertensión arterial u otras asociadas a la retención de líquidos.
Su contenido de betacaroteno de acción antioxidante, le
confiere ese color anaranjado y lo convierte en una fruta recomendada para
reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y degenerativas.
El albaricoque entre todos sus beneficios, ayuda a prevenir la mala visión nocturna y ayuda a combatir las afecciones de la piel y el sistema respiratorio. Los albaricoques frescos maduros son también ricos en taninos, una sustancia con propiedades astringentes, antiinflamatorias y antioxidantes, beneficiosas para la salud.
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